Recordemos que después de dos intensas jornadas de debate, el juicio por jurados contra Claudio Exequiel “Peyeyo” Flores y su expareja Yésica María del Valle Reartes llegó a su punto final el pasado 29 de noviembre, con un veredicto contundente: ambos fueron declarados culpables del violento ataque a balazos contra el albañil Cristian Acosta, ocurrido en julio de 2022 en la zona sur de la Capital. Esta mediodía de miércoles se conoció la sentencia: 10 años para Flores, y 3 para Reartes.
Los 12 jurados, todos vecinos de la Capital convocados bajo la Ley Provincial 5719, coincidieron en un fallo unánime tras dos horas de deliberación.
Flores fue hallado responsable de “homicidio calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa”, mientras que Reartes fue considerada partícipe secundaria del mismo delito.
La jueza directora, Ana Daniela Barrionuevo, estableció que la audiencia de cesura —en la que se definirá la pena— se realizará hoy 3 de diciembre, donde se dio a conocer la pena de 10 años de prisión para Flores, y 3 para Reartes.
La reconstrucción realizada ante el jurado describió una escena marcada por la violencia extrema. Según la investigación, Flores y Reartes llegaron al lugar del hecho en una moto Honda CG 150. Reartes quedó esperando en el rodado mientras Flores ingresó a la obra donde Acosta estaba trabajando como albañil.
Empuñando una pistola 9 milímetros, Flores enfrentó a la víctima. Al ver el arma, Acosta intentó refugiarse en la parte trasera del predio, pero fue alcanzado: “Peyeyo” le disparó tres veces a corta distancia, uno de los proyectiles ingresó por la espalda y salió por el tórax.
Tras el ataque, Flores volvió a subir a la moto y la pareja escapó del lugar, dejando al trabajador gravemente herido.
Acosta sobrevivió, pero las lesiones fueron de tal magnitud que permaneció meses internado y aún sufre secuelas físicas significativas.
En su exposición ante el jurado, el fiscal de Cámara Alejandro Dalla Lasta Baroni fue terminante. Señaló que no existía posibilidad de interpretar de otra manera la conducta de Flores:
“Disparó al cuerpo, tres veces, a corta distancia, con un arma de alto calibre. Claramente tuvo la intención de matar.”
El fiscal también desestimó la versión de Flores, quien alegó que estaba “cegado de bronca” y no comprendía lo que hacía.
Por su parte, la querella particular —a cargo del abogado Juan Pablo Morales— insistió en la responsabilidad de ambos imputados, postura que terminó alineándose con el veredicto del jurado.
El caso, uno de los más graves en materia de violencia armada en la provincia, dejó una fuerte impresión en los jurados, quienes evaluaron pruebas forenses, testimonios clave y la mecánica del hecho. La decisión unánime fue interpretada como un mensaje firme de la ciudadanía frente a los ataques armados y la violencia extrema.
